Primera semana OSCUS SiE II

   

Tal día como hoy hace una semana que pisamos tierra lusa, concretamente Baixa Chiado. Tras una dura despedida en la puerta del "Oscus" con nuestros familiares; en la que a algunos le afectaron mas las lágrimas que a otros, cogimos rumbo hacia “eso” tan esperado para nosotros desde aquel día en junio cuando bajábamos las escaleras a todo correr para ver que estábamos seleccionados, para disfrutar de lo que ahora hemos comenzado a llevar a cabo.


Dicen que los principios siempre son difíciles y ahora fuimos participe de todo aquello que alguna vez escuchamos pero que dejamos de lado porque en aquel momento no nos interesaba.

El lunes cada uno de nosotros marchábamos a nuestros lugares de trabajos y lo mas difícil y temeroso se acercaba, cada vez que las agujas del reloj se movían hacia delante al compas del aire. Pero nuevamente mostramos que la juventud somos valientes y que nada ni nadie hará que no podamos seguir con este sueño que día a día se va haciendo realidad.

Y, claro que hay que reconocer que fue un día muy pero que muy duro; ya que, adaptarse a todo lo que se nos vino encima no es llevadero de cualquier manera y por eso mismo llegamos agotados a la residencia y después de una buena ducha relajante, una cenita y unas risas a carcajadas entre esta gran piña nos marchamos a descansar.

Con el transcurso de los días, las mañanas y las tardes fueron a mejor ya que a día de hoy se podría decir que estamos adaptados y que la semana que mañana entra será la que definitivamente nos hará que nos adaptemos completamente.

En la residencia nos va genial porque con mucha facilidad hemos hecho nuevas amistades entre personas de todas las nacionalidades.

Tras ver la noche lisboeta de un viernes, el fin de semana lo provechamos para salir a ver la capital lusa y quedar enamorados de ella. Visitamos la Praça del Rossio y la Praça do Comercio, entre otros lugares.

Y pensado que estamos aprendiendo mucho y a la misma vez es la propia vida la que nos está enseñando que es salir de casa y depender por nosotros mismo en un país diferente, con un idioma diferente y rodeados de personas extrañas. Ahora es cuando nos acordamos de “mami”, “papi”, abuelos, o simplemente esa amiga o amigo pesado que esta ahí dándonos la tabarra. Apreciar las cosas cuando estamos a kilómetros de ellos para saber que aunque nosotros no lo percibimos sí que nos quieren y mucho, porque ahora sí que lo sentimos y notamos. Ahora nos queda el abrazo, beso o ánimo de nuestros compañeros o esos mensajes que nos llegan desde España.

Sin mas, hoy ponemos broche final a una semana, en la que por suerte hemos aprendido a apreciar muchas cosas que antes ni tan si quiera sabíamos que teníamos.

Como siempre, entre risas, antes de irnos a descansar y comenzar de nuevo una nueva semana llena de nuevas experiencias para seguir sumando.

Sin olvidar que los sueños están para cumplirlos.